Vengo de la oscuridad.

Conocí el abandono, el rechazo y la soledad cuando aún era una niña.
Caí en el mundo de las drogas, la delincuencia y la autodestrucción.
Fui internada varias veces por la justicia… y llegué al punto de querer desaparecer.

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Busqué sentido en todo lo externo —el éxito, las metas, las relaciones—, pero nada llenaba el vacío que llevaba dentro.

Hasta que toqué fondo… y decidí despertar.

Descubrí que la verdadera prisión no estaba fuera, sino en mi mente.
Que el ego —esa voz de miedo que te separa del amor— había dirigido toda mi vida.

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Y entonces elegí mirar con los ojos del Espíritu Santo.

Elegí recordar quién soy.

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Mi misión es acompañarte a elevarte en todas las áreas de tu vida , a través de principios universales que liberan la mente, sanan las heridas y despiertan la conciencia del Ser. Porque cuando comprendes la Verdad —que Dios está en ti y que el amor es lo único real—, la abundancia deja de ser un esfuerzo y se convierte en tu estado natural.

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No vine a enseñarte algo que no sepas. Vine a recordarte lo que ya eres: un alma infinita, poderosa y creadora. 

Digna de vivir en plenitud y abundancia.